22 nov 2009

Excentricidades







Muchas veces los propietarios tienen ideas que no entendemos. Pero el que paga, elige. A veces por costumbres o ideas propias. Otras porque cierta distribución espacial o material de terminación están de moda.

Hace unos años un propietario pidió para su amplio y lujoso apartamento que la habitación principal no sólo tuviera dos piletas o dos gabinetes con aparatos, sino directamente dos baños independientes.

Uno de ellos daba al espacio de distribución de acceso al dormitorio y vestidores. El otro daba directamente a la habitación principal, frente a la cama matrimonial, y era el de la señora. Tenía hasta sillón de peluquería adentro del baño, para hacerse una idea. Lo que más nos llamó la atención, sin embargo, fue el pedido del caballero: que la pared que separaba el baño del dormitorio fuera totalmente aislante acústicamente, porque a él no le gustaba escuchar los ruidos que hacía su mujer en el baño.

Siempre me pregunté cómo dos personas que duermen juntas tantos años, que se conocen los olores y los sonidos, voluntarios e involuntarios, pueden tener ideas tan ocurrentes. Y eso también es parte del ejercicio de la profesión: satisfacer los deseos del cliente, por exóticos que nos puedan parecer. Pero sobre todo, ser capaz de disimular que a uno, eso, le parece una guarangada.

* La imagen es del cuadro "El baño", de Fernando Botero

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7 nov 2009

Animaladas IV



Un peón para contratar. No es rápido, pero tampoco precisa carretilla.

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